El PRI, al Crio-Sueño
El PRI, al Crio-Sueño

El PRI, al Crio-Sueño

Sandra Romero

Si el Partido Acción Nacional (PAN) baja los brazos, lo cual así parece, en el proceso electoral 2022 ante el panorama de derrota total de los seis estados donde habrá elecciones para gobernador, el Revolucionario Institucional (PRI) deberá bajar la cortina e irse a una cámara de Crio-Sueño por lo menos los próximos tres años, con la posibilidad de no despertar jamás.

Y es que no es para menos ante el poder de convocatoria, hayan sido acarreados o no los asistentes al Zócalo capitalino el pasado miércoles 1 de diciembre para escuchar el informe del presidente Andrés Manuel López Obrador, donde la concentración masiva para ovacionar a AMLO demostró, guste o no, que el ejecutivo federal tiene la simpatía del pueblo. Esa simpatía seguramente se demostrará en las elecciones de junio del 2022 y, en el caso de Quintana Roo, no se le ve rival alguno al partido Morena y aliados, entidad donde dicho sea de paso, López Obrador ha ganado todas las elecciones presidenciales y el grado de aceptación a su gobierno es de los más altos.

En Quintana Roo se renueva la gubernatura y también la Cámara de Diputados, con la gran posibilidad de que Morena y sus aliados el Partido del Trabajo, PV más lo que se acumule de aquí al inicio del proceso electoral, gane los 15 distritos y deje para la oposición únicamente las plurinominales. Con ello y los candidatos de papel que postulará el Partido Acción Nacional (PAN) y el tricolor, Morena no tendrá enemigo enfrente que le haga sombra, todo lo contrario, en los próximos meses veremos más sumas a la llamada 4T de personajes que no quieren quedarse fuera de la nómina gubernamental.

A esperar pues a que Quintana Roo se pinte totalmente de guinda y que toda la clase política, de manera oficial o con alianzas de facto, se suba al barco moreno y manden a la cámara de Crio Sueño a más de tres partidos, pero específicamente al PRI que no se le ve posibilidad alguna de recuperarse en el próximo proceso electoral. Hasta la próxima.

Nada para nadie aún en la candidatura de Morena a Quintana Roo

Joaquín Quiroz

Estamos muy cercanos a la designación de quién será el candidato o candidata para la gubernatura de Quintana Roo por MORENA. En este tenor cada equipo de los 4 aspirantes echa campanas al vuelo, y cada cual ve lo que quiere o le conviene ver. La realidad es que hoy unas y otros tienen tanto fortalezas y debilidades, y todo será tomado en cuenta, tanto en la cúpula morenista como en la mente del elector de palacio, quien será al final del día el que indique quién irá de campaña por Quintana Roo con esas siglas.

En las damas Marybel Villegas está tejiendo fino, sabe y bien moverse en el centro del país, tiene puentes y canales reales de comunicación tendidos con personajes cómo Adán Augusto López, segundo a bordo y de todas las confianzas del gran elector. El respaldo de cuando menos 70 senadores de la República, incluyendo a Ricardo Monreal y Olga Sánchez Cordero, media docena de gobernadores, y la facilidad de desplazarse por toda la entidad con la encomienda que ostenta y es reconocida desde Holbox hasta Calderitas, ser conocida como una política de tierra y de contacto con la gente.

Incluso el tener excelentes relaciones con dirigentes nacionales de diversos partidos opositores a MORENA, con quienes comparte labores en el Senado de la República, son las fortalezas de la quintanarroense; en contra tiene no estar en los afectos de Mario Delgado, lo mismo del jefe político de la entidad, y ser criticada por haber transitado en varios partidos políticos.

En tanto la edil de Benito Juárez María Elena Hermelinda Lezama Espinoza, tiene bajo su mando la comuna más grande de la entidad, la de mayor presupuesto y relevancia, cuenta con el respaldo del jefe político en la entidad, el dueño del Partido Verde Jorge Emilio González Martínez está con ella.

En contra tiene que los índices de inseguridad de Benito Juárez han crecido como nunca desde su llegada, que en su reelección perdió más de 110 mil votos que obtuvo en 2018, en su periodo se dio la mayor represión ante una manifestación como lo fue el 9/11, existen en su contra carpetas de investigación ante instancias federales, y sus principales aliados de la 4T Julio Scherer, y Santiago Nieto son hoy enemigos de López, así que aún cuando en lo local quieran ver ya posicionada como la futura gobernadora a la hoy alcaldesa aún falta mucho por recorrer y afianzar.

En tanto Luis Alegre Salazar tiene a su favor haber dado resultados como diputado federal, haberle apostado desde el principio al proyecto de López Obrador, tener una gran cercanía con él a través de su señor padre, y de forma personal. Además de hoy representar al gobierno de México en el tema del Tren Maya, el más importante proyecto de la administración López en el Sureste y poseer el más importante grupo radiofónico peninsular como lo es Radio Turquesa, lo cual sumado es preponderante para una aspiración política, ganadora.

Alegre Salazar quien bien podría dedicarse a sus múltiples empresas y acrecentar el patrimonio familiar, apuesta por la gubernatura, y pese a que le han inventado escándalos y demás sigue avante y vigente, lo cual a sus rivales políticos los tiene preocupados.

Por su parte, José Luis Pech Várguez es un experimentado político, tiene un acervo académico y laboral muy importante, tiene hartas horas de vuelo en el plano del sector público y lo más importante: se la jugó desde el principio con López y MORENA, lo cual no es situación menor, ya que el presidente eso lo toma muy en cuenta.

Es conocido por todo Quintana Roo y en MORENA es altamente respetado, tiene experiencia política y pudiera ser un interesante aliado como gobernante de Quintana Roo para López y su proyecto, en tanto como negativo se señala de él no poseer gran carisma ni tener alta popularidad, sin embargo, obteniendo la candidatura eso llegaría sin problema por añadidura.

Así pues, que el escenario real es de un suelo muy parejo, una moneda en el aire que antes del 15 de diciembre a decir de los que saben caerá en el piso para ver quién estará en la boleta como candidato o candidata de MORENA, y quién tendrá la capacidad de hacer una operación cicatriz y evitar daños colaterales, que pudieran incluso derivar a perder la gubernatura si quienes pierdan se van con las opciones de enfrente. Interesante lo venidero.

Legisladores morenos, entre la reelección y el desprecio
Anwar Moguel

Mientras el interés público está acaparado por el proceso interno de Morena para la definición de la candidatura a la gubernatura del estado, los decepcionantes legisladores locales del partido guinda han empezado a moverse con la finalidad de buscar su reelección en las diputaciones que ocupan, a pesar de que su papel como oposición ha sido francamente intrascendente y hasta vergonzoso. Esto no es una percepción externa, por el contrario, militantes, mandos del partido en el estado y varios de los aspirantes a la gubernatura han dicho en público y en privado que esta camada de diputados guindas no representa ninguno de los principios de la 4T.

Y no hay yerro en el diagnóstico: los morenos han sido voraces con el presupuesto del Legislativo, convenencieros, traidores y sumamente dóciles ante el poder ejecutivo, incluso más que los propios panistas y perredistas. Sabedores de que en el partido los ven como apestados y que por sí solos nada representan, pues NINGUNO tiene capital político real, han empezado a coquetear con los aspirantes que ven como los “más fuertes” para la gubernatura, intentando conseguir la bendición para ser de nuevo candidatos.

Y es que quien resulte ungido como candidato o candidata a la grande, tendrá mano para palomear a los legisladores que lo podrían acompañar en la recta inicial de su gobierno. La mala noticia para los reprobados diputados es que, de los cinco aspirantes –registrados y no registrado–, cuatro no los quieren ver ni en pintura. Que vayan colocando sus santitos de cabeza.

El “bloque oficialista” no tiene quien le escriba
Javier Chávez Ataxca

Como parodia de un fruto de García Márquez, el bloque partidista gubernamental integrado por PAN, PRD y PRI no tiene quien le escriba en su noche tan negra como gato de mala suerte, en marcha la guerra por la gubernatura con un favorito que va a arrasar, versión que dan por definitiva sus adversarios unidos por el pánico y preparados para humillarse cuando llegue su hora ante el cadalso.

El gobernador Carlos Joaquín González definió su rumbo político y lo hizo desde que se instaló en Palacio de Gobierno sin sumarse como militante al PAN o al PRD, partidos que formaron coalición para lanzarlo como candidato externo en 2016, guillotinando el reinado del PRI. A Carlos Joaquín lo presumieron como uno de los suyos, pero el expriista marcó su distancia y será integrado al equipo triunfal del Presidente Andrés Manuel López Obrador.

El PAN se revolcó en su mediocridad y desperdició la ocasión para impulsar nuevas figuras. Fueron los come solo, un club de Toby con gula en la colección de posiciones de gran envergadura. El gran beneficiado fue su exdirigente estatal Eduardo Martínez Arcila al permanecer cuatro años de seis posibles como monarca del Congreso local, primero como Presidente de la Gran Comisión y ahora por un año al frente de la Jugocopo. La chetumaleña Mayuli Martínez Simón conquistó su senaduría de primera minoría y combate solitaria persiguiendo la candidatura máxima. Otros se perdieron en el fango del olvido, como el chetumaleño Fernando “el Chino” Fernando Zelaya Espinoza.

El decadente panismo genuino tiene escasas posiciones ganadas en las urnas. La única la ocupa Atenea Gómez Ricalde, alcaldesa de Isla Mujeres improvisada a regañadientes como política por su madre Alicia Ricalde Magaña, exalcaldesa isleña que dormita en la Administración Portuaria Integral. Pero PAN y PRD han sido franquicias gubernamentales aprovechadas por intrusos, algunos con genes del agonizante PRI, como el fanfarrón forajido Chak Meex José Esquivel Vargas (Felipe Carrillo Puerto), Víctor Mas Tah (Tulum), Sofía Alcocer Alcocer (José María Morelos) y ahora Lili Campos Miranda en Solidaridad, del equipo de Carlos Joaquín.

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