Todo comenzó con los versos del poeta norteamericano James Whitcomb Riley, pero en la actualidad ha superado los límites de la lírica para destacar la obviedad que muchos intentan ocultar tras sus razonamientos, y para ello recuerdan los versos del poeta para decir aquello de;
“Sí camina como un pato, nada como un pato y grazna como un pato, es un pato”. Puede parecer demasiado simple, pero los disimulos, el ruido de fondo y la bruma de la distancia que el tiempo introduce entre cada uno de los pasos, nados y graznidos del pato pueden llevar a la confusión.
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